Brais Lamela entre Nueva York y los asentamientos forzosos de Terra Chá

02/06/23

cha-banner-asentamientos-forzosos

"No queda nadie", el primer libro de Brais Lamela, trata sobre los lugares —o más bien los no lugares— el desarraigo, la búsqueda sin cesar del hogar y la necesidad de sentirse de algún sitio. Reflejando dos historias distintas, pero que dialogan y se escuchan, Brais Lamela, tiene la capacidad de transportarnos a un verano sofocante de Nueva York en la actualidad, como a la Terra Chá en los años 50, en uno de los episodios más negros de la historia reciente de la zona. ¿Qué es lo que pasó en estas tierras para que cientos de personas sufrieran el desarraigo y la violencia económica e institucional de forma generalizada?

Fueron los asentamientos de colonos que se crearon allí durante el franquismo. Os queremos explicar estos otros espacios, sobre los que no se habla, que no vemos, sobre los que no leemos. "No queda nadie" recuerda que esta fue una realidad para 189 familias (gallegas, pero también del resto del estado) entre los años 1940 y 1971. Años en los cuales el llamado Instituto Nacional de Colonización y el régimen franquista decidieron luchar contra los espacios naturales «desaprovechados» de una forma directa, radical: dominándolos por la fuerza mediante la creación de asentamientos artificiales, que rompían con las relaciones que habían existido entre la población rural y las zonas de monte comunal. En los años en los que estos planes estuvieron activos, el INC edificó más de 300 asentamientos que alojaron a 55.000 familias en todo el territorio español.

En el caso de Galicia, el ‘Plan General de Colonización de la Tierra Llana’ se dividió en cuatro núcleos de población en la provincia de Lugo: Matodoso, Arneiro, Veiga de Pumar y A Espiñeira. El objetivo era crear nuevas tierras de cultivo y la expansión de la ganadería láctea. Cuando pensamos en colonización normalmente pensamos en territorios lejanos, oprimidos por parte de la colonia con la intención de obtener (por norma general) un beneficio económico a su costa. Pero estos espacios, dentro del propio Estado, cumplían una función parecida.

Las familias llegaban a sus nuevos hogares con la promesa de que, con su trabajo, conseguirían la propiedad de la casa en 25 años. La realidad, sin embargo, era la de un continuo endeudamiento de los colonos con el INC. Se convertían en mano de obra agrícola barata o gratuita. Expropiando el monte comunal, cercando los terrenos y cambiando el tipo de cultivo, se cambiaba una actividad que tradicionalmente era comunitaria por una individual e individualista. También cambiaban las relaciones entre vecinos, como podemos ver en el libro, que se convertían en más crispadas y difíciles de mantener.

En los asentamientos había un férreo control de los ideólogos del franquismo, que quedaba patente en la ordenación del territorio: las poblaciones se disponían en torno a la iglesia y los edificios del régimen, las construcciones evitaban los espacios de reunión no controlados con el paso del tiempo, estos proyectos fueron languideciendo. En muchos puntos de nuestra geografía se pueden distinguir restos de una arquitectura que, en su momento, intentaba ser el símbolo de una nueva revolución agraria, de la industrialización y del progreso. En el interior de Galicia, todavía se conservan algunos silos de grano que marcan los lugares en los que alguien intentó construir un hogar en medio del desarraigo.

 

Con "No queda nadie" Brais Lamela nos acerca magistralmente a este episodio de la historia, muchas veces olvidado, con el que todavía tenemos una deuda pendiente: su memoria.

 

*Las fotografías utilizadas en esta publicación se pueden encontrar en el Aula Virtual de la Mancomunida de de a Terra Chá , en la web de Buxa, Asociación Galega do Patrimonio Industrial y el Archivo Histórico Provincial de Lugo.

Síguenos, así nos perdemos juntos

Suscríbete a nuestra newsletter

¿Quieres estar al día de nuestras publicaciones, entrevistas, noticias y todo aquello que te permita estar bajo la luz de lo que pasa en Editorial Cuatro Lunas?